Murió el guitarrista Juanjo Domínguez, maestro de la música popular

El músico Juanjo Domínguez falleció este domingo a los 67 años. Así lo informaron las redes oficiales de este enorme instrumentista argentino, quien nació el 23 de octubre de 1951 en Junín, y que fue distinguido en 2005 con el Premio Konex por su contribución a la música popular.

Murió Horacio Salgán, a los 100 años




El gran pianista del tango Horacio Salgán falleció hoy, en el Sanatorio Güemes, donde permanecía internado a causa de su avanzada edad. Don Horacio había cumplido 100 años el 15 de junio pasado. Y había sido testigo de todo el cariño y de los homenajes tan merecidos para un músico de su talla. Desde Daniel Barenboim, que le dedicó un concierto en el Teatro Colón, semanas atrás, hasta los nueve conciertos que se realizarán desde esta tarde en el festival y mundial Tango Buenos Aires. Aún se está definiendo dónde y cómo serán las exequias del autor de "A fuego lento", uno de las más grandes figuras del tango, por su historia como pianista, compositor y arreglador.
Salgán dejó formalmente los escenarios a fines de 2003 (aunque hasta fines de 2010 hizo esporádicas apariciones en algunos espectáculos y homenajes). Tres años después, al cumplir los 90, insistía con eso de que había tomado "unas largas vacaciones": "No quiero compromisos con nadie. Tampoco conmigo. No es ésa mi intención. Además, cada cosa que hice fue pensando que era lo más importante que estaba haciendo. Fueron unos 75 años de trabajo muy intensos", decía. Y en octubre de 2006, aseguró: "Nunca quise hacer una despedida porque me parece que uno nunca se retira (...). En cualquier momento puede ser que toque otra vez, aunque no sea profesionalmente", dijo. Y así fue. Se lo vio en en el Café de los Maestros, en el Teatro Colón (allí sólo salió para saludar) recibió el Premio Konex de Brillante (durante la ceremonia tocó un par de temas), actuó en el escenario del Bicentenario, montado en la Avenida 9 de Julio y ese mismo año, 2010, volvió a sentarse al piano para celebrar el aniversario 50 del Quinteto Real, que tuvo como invitado a Leopoldo Federico.
Desde entonces, para escucharlo hubo que recurrir a los discos, que no fueron muchos. Afortunadamente a fines de los 90 volvió a grabar en dúo y en quinteto y hace un par de años se reeditaron las primeras producciones del Quinteto Real y un CD que compila dos elepé que grabó a principios de los setenta, con Dante Amicarelli (Dos virtuosos del piano y El bosque mágico).
Para hacer inventario de la vida de Salgán hay que repasar su propia música, sus arreglos, las orquestas y conjuntos que creó y, también, el anecdotario. Sí, cosas como aquello de que el Quinteto Real nunca ensayaba (porque no lo necesitaba) o esa costumbre de tratarse de "usted" que siempre mantuvieron Salgán y de Lío, a pesar de tantos años de trabajo en dúo.
Detrás de su elegancia, su cordialidad y el humor que muchas veces afloraba en algunos comentarios estaba la historia de un pianista nacido Buenos Aires, el 15 de junio de 1916, que había iniciado sus estudios musicales a los 6 años.
Los restos de Horacio Salgán serán velados hoy, a partir de las 18, en la casa de sepelios Napolitano, de Córdoba 3677, y el cortejo fúnebre partirá mañana, a las 11, rumbo al cementerio de la Chacarita.

Fuente: La nación

Mariano Mores, el maestro del dos por cuatro


Humilde a la hora de hablar sobre sí mismo, pero histriónico sobre los escenarios, el artista de 98 años marcó un estilo y dejó obras que perdurarán por siempre.
"Nunca pude concebirme como demasiado importante en el tango. Creo que soy uno más dentro de un mundo de gente que tiene un par de cosas para expresar", aseguró en 2011, antes de abandonar los escenarios.Humilde y siempre sonriente pasó por la vida dejando huella primero en su Buenos Aires natal, luego en el mundo que supo celebrar su devenir alegre, profundo e histriónico.

Mariano Alberto Martínez, más conocido comoMariano Mores , nació en el porteñísimo barrio de San Telmo el 18 de febrero de 1918. La música, desde siempre, fue su gran pasión. Por eso, a la hora de definir su destino se anotó en el Conservatorio D’Andrea de Lanús, donde estudió música clásica y recibió, en sólo tres años, el título de profesor. A los 14, se ganó una beca para perfeccionar sus estudios en Salamanca, pero como buen tanguero de ley, terminó formándose en los escenarios en los que brilló junto a su orquesta.

"A la música no la voy a poder dejar nunca, porque en mi vida la música es todo mi poder. Nací para ella y por ella he conquistado lugares inmerecidos. Y está pegada a mi obsesión, es cantar para mi pueblo con mi piano", explicaba hace unos años en una entrevista. Sus primeras incursiones en el mundo de la música fueron como acompañante del conjunto criollo La Cuyanita y como pianista de Roberto Firpo. Luego, durante once años -entre 1939 y 1948- acompañó a Francisco Canaro como piano solista. A partir de ese momento, fue líder de sus propias formaciones ya sea dentro del formato de sexteto o de orquesta sinfónica.
También formó parte del Trío Mores junto a las hermanas Myrna y Margot. La primera de ellas se convertiría en el gran amor de su vida. De ella tomó el apellido con el que lo conocería el gran público y con ella tuvo dos hijos, los cantantes Nito (fallecido en 1984) y Silvia, madre, a su vez, de la conductora Mariana Fabbiani. Myrna falleció en marzo de 2014 a los 93 años, provocando en él otro vacío imposible de llenar.

Adorado por el gran público y resistido por aquellos que encontraban su estilo "algo estridente", no sólo se destacó como intérprete y director, sino que compuso muchos de los hitos del dos por cuatro. Tuvo la suerte –o el buen tino- de firmar junto a las mejores plumas del género: Enrique Santos Discépolo ("Cafetín de Buenos Aires", "Sin palabras" y "Uno"), Homero Manzi ("Una lágrima tuya"), Cátulo Castillo ("El patio de la morocha" y "La calesita"), José María Contursi ("En esta tarde gris", "Grisel", "Tu piel de jazmín", "Cristal" y "Cada vez que me recuerdes"), Enrique Cadícamo ("A quién le puede importar" y "Copas, amigos y besos"), Mari Battistella ("Cuartito azul") y Homero Manzi ("Una lágrima tuya").

Mores tuvo también sus momentos como actor de televisión y galán de cine. En el primer formato brilló junto a toda su familia en La familia Mores, y junto a Mirtha Legrand en M ama a M. En la pantalla grande, en tanto, participó como actor en como Corrientes... ¡calle de ensueños!(1948), La doctora quiere tangos (1949) y La voz de mi ciudad (1953). "Son experiencias que hice, y no tengo de qué arrepentirme, por supuesto; pero en aquel entonces me hicieron galán y a mí no me gustaba la voz que me salía en las películas. Por eso no quise seguir", explicó. Humilde y genial. Todo un maestro, que hoy nos dejó a los 98 años.

Fuente: La Nación

A los 83 años murió el gran bandoneonista Ernesto Baffa



El bandoneonista y compositor Ernesto Baffa, uno de los próceres de ese instrumento esencial del tango, dueño de una imponente trayectoria que lo llevó a registrar más de 60 discos y a integrar la orquesta de Aníbal Troilo durante 15 años, murió hoy a los 83 años.
"Se fue en paz, se fue con Troilo", dijo emocionado a Télam su hijo Pablo, quien destacó que su padre no dejó de tocar hasta último momento.
El músico, director y compositor nacido el 20 agosto 1932 en el barrio Floresta, estaba muy débil y su cuadro se habí­a agravado luego de una caí­da que le produjo la fractura de su cadera y no podí­a ser operado. Permaneció internado durante dos meses y medio en una clínica porteña.
"Para mí­ el tango es todo, es un sentimiento", había expresado el artista en una entrevista que mantuvo con Télam hace cuatro años, la misma en la que afirmó que "hasta donde pueda y Dios quiera, espero poder seguir arriba de un escenario".
"La verdad es que extraño esas épocas (de los 50 y los 60) cuando no faltaba trabajo. Hacíamos confiterí­as, cabarets, bailes. No parábamos de tocar", evocó en ese entonces.
Por aquellos años, el creador ya era un requerido intérprete de larga relación con el bandoneón, instrumento que abrazó desde los 8 años y con el que empezó a destacarse en los clubes de su barrio de Floresta.
A los 10 años ya tocaba en un bar y en 1948, con tan sólo 15 años, pasó a integrar la orquesta de Héctor Stamponi y Roberto Rufino.
A los 18, reemplazó a Leopoldo Federico en la orquesta de Horacio Salgán, con quien permaneció hasta la disolución de esa orquesta, en 1957, pero además pasó por las formaciones de Francini-Pontier, y luego por las de Alberto Mancione, Alfredo Gobbi, Pedro Láurenz y Pedro Maffia.
"Me probaban y quedaba en la orquesta. A uno lo ayudaban: yo era un pibe sumiso, y cuando debuté me estaban escuchando Troilo y Francini, quienes me aconsejaban `pibe, tranquilo`, mientras yo, aunque no se notara, temblaba como una hoja", recordó en aquel reportaje.
El pase a la orquesta de Aní­bal Troilo marcó uno de los puntos más altos en su carrera profesional, ya que durante 14 años (entre 1957 y 1971) fue el "fueye cadenero" de la renombrada tí­pica de "Pichuco".
"Estar en la orquesta de Troilo era como tocar el cielo con las manos, era un fenómeno con un talento tremendo", subrayó con genuina admiración.
Baffa también tuvo la posibilidad de haber compartido músicas también con Roberto Goyeneche, Roberto Rufino y Astor Piazzolla, entre otros, "me permitió crecer. Aprendí­ un poco de todos ellos".
Aún estaba con Pichuco (1965), cuando conformó un trí­o con Osvaldo Berlingieri y el contrabajista Fernando Cabarcos, que luego se convertirí­a -ya desvinculado de Troilo- en la famosa Orquesta Baffa-Berlingieri que grabó memorables páginas con Roberto Goyeneche y grandes piezas instrumentales como "Cabulero", "Canaro en París", "Ritual", "Mi refugio", "Verano porteño", entre otros.
En 1992 fue declarado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires por el Concejo Deliberante porteño. Además, integró la Selección Nacional del Tango y, al frente de su Ernesto Baffa Trí­o, solí­a deleitarnos en el Café Homero.
El último gran homenaje que recibió en vida fue el estreno de la pelí­cula documental "Ernesto Baffa, Poesí­a de bandoneón", producida por The Argentine Tango Society, y dirigida por Daniel Tonelli y Marcelo Turrisi, con producción de Silvina Damiani.
Fuente: Clarín

Murió Alberto Podestá, la voz de oro del tango de los cuarenta



Tenía 91 años y fue uno de los cantores más populares de la década dorada de las orquestas de tango

"A los 91 años de edad se durmió para siempre el maestro Alberto Podestá. Todo él era tango, pensaba, hablaba, respiraba tango. Uno de los más grandes cantores, con una prolífica obra en los años 40. Uno de mis grandes amigos y compañero de ruta. Así quiero recordarte para siempre, con tu sonrisa y tu picardía, pero sobre todo con tu media voz y tus matices que me resuenan bajito anudándome el corazón. Chau",escribió su manager María Alejandra Podestá en Facebook. la primera en confirmar el fallecimiento del cantor Alberto Podestá, hoy a las 9.30, en un geriátrico de esta Capital Federal, donde estaba internado desde marzo de este año.El cantor nacido en San Juan el 22 de setiembre de 1942 ya había entrado en el olimpo de los mejores cantores del tango del cuarenta. Era uno de los últimos sobrevivientes de aquella época dorada. Cantó con los mejores directores y las orquestas más refinadas y populares del tango como Miguel Caló, Carlos Di Sarli, Pedro Laurentz, Enrique Francini y Armando Pontier. Con todas esas formaciones grabó los éxitos más resonantes de esos años que todavía seguía cantando en las milongas como "Alma de bohemio", "Al compás del corazón", "El bazar de los juguetes", "Percal", "Nido gaucho" y "La capilla blanca", entre muchos otros.A pesar de la edad Alberto Podestá no quería abandonar los escenarios. Estuvo de gira hasta el año pasado por el circuito de milongas y por ciudades como Trelew celebrando sus noventa años de edad. Durante el Festival de Tango de 2014 se le rindió tributo a su figura donde pudo cantar sus viejos éxitos con la Orquesta Sans Souci que recreó aquellos arreglos de los cuarenta como "Nada", que grabó junto a la formación deDi Sarli en 1942.En 2012 había grabado el disco Alta Gama junto al grupo de guitarras Las Bordonas, recreando clásicos del género y donde revelaba su pasión por Gardel. A pesar de su edad, era uno de los cantores más activos del circuito. "Su vida era el boliche, era como su segunda casa. Hasta su internación en el geriátrico se lo podía todos los días en los bares de Sadaic. Le gustaba la bohemia", recuerda su manager María Alejandra Podestá.

Podestá fue el último maestro de los cantores. Fue en esos bares donde siguió transmitiendo sus conocimientos a toda la nueva generación de cantores que fueron a pedirle consejos desde el reconocido Ariel Ardit hasta Cucuza Castiello. Su estilo interpretativo, sobrio, sutil y tan personal, fue un sello de época. Cuando se le preguntaba como había aprendido a cantar de esa manera, Alberto Podestá contestaba sencillamente, como quien estaba pasando una receta a las nuevas generaciones: "Trabajando, viviéndola..., la calle te enseña mucho. No hay nada que hacerle. La vida te la enseña la calle. Te enseña a andar como la gente, te enseña a andar mal o en la droga, vos agarrás la que quieras. Pero la calle te enseña todo. Y a cantar te lo enseña Gardel. Es el único tipo que te puede enseñar".


Fuente: La Nación

Se estrena "Salgán & Salgán", un registro íntimo del tango argentino



El documental, dirigido por la estadounidense Caroline Neal, se interna con delicadeza en la intimidad de la relación entre el pianista Horacio Salgán -una de los mayores figuras del tango de vanguardia- y su hijo César -continuador de su consagrada orquesta-.
Horacio Salgán, de 99 años, acaso el autor e intérprete vivo más importante de la historia del tango, aparece en la cinta de Neal bajo un registro único, íntimo, que no había sido expresado en ninguno de los libros y materiales audiovisuales que existen sobre el músico. Y ese acercamiento tan personal es el mérito principal del trabajo, que a la vez expresa el deliberado abandono del costado estrictamente musical.

"No es una biografía de punta a punta de la historia y la obra de Salgán, aunque también hay mucha música porque aparece todo el tiempo tocando en su casa. En ese sentido se trata de un documental un poco inesperado para los seguidores porque aborda el plano íntimo de alguien que siempre fue muy reservado", expresó Neal en diálogo con Télam.


"Salgán & Salgán", con guión de Alberto Muñoz y la propia Neal, tiene como centro de sus 86 minutos de material a la relación entre Horacio y César, desde el plano personal (estuvieron distanciados 18 años) como musical (César ocupó su lugar tanto en la Orquesta como en el Quinteto Real, dos formaciones del primer plano de la historia del tango).



"Se trata de un documental un poco inesperado para los seguidores porque aborda el plano íntimo de alguien que siempre fue muy reservado"
El lugar de César Salgán dentro del mundo del tango, con el peso de su apellido, es abordado con "dramatismo", según describe la directora, ya que asumió la conducción de las formaciones de su padre luego de sus inicios como bajista y de una exitosa trayectoria como piloto de carreras profesional.

"En ese plano es también un documental universal sobre la historia de un padre y un hijo que puede emocionar sin necesidad de conocer el tango", aseguró Neal.


Oriunda de la ciudad estadounidense de Virginia, la directora sin embargo relata la historia desde las entrañas del tango, cuyo circuito transita desde hace 15 años cuando se radicó en Argentina. En 2006 filmó "Si sos brujo: una historia de tango", un documental sobre la creación de la Orquesta Escuela de Tango Emilio Balcarce.


Salgán ya había aparecido en varias películas. En 1998 actuó en "Tango no me dejes nunca", del director Carlos Saura, nominada al Oscar en el rubro Mejor Película Extranjera. También participó junto con su orquesta en el film "Café de los Maestros", en 2008, bajo la dirección de Miguel Kohan.


En esas películas y en otros registros audiovisuales para televisión hay un recorrido más preciso por la obra musical de Salgán, asociado al movimiento más vanguardista del tango, al que concilió con elementos del jazz y de la música negra.


"A fuego lento", "Don Agustín bardi", "Grillito", "Entre tango y tango" y los valeses "A una mujer" o "Se fue" son algunas de las emblemáticas composiciones de Horacio.


- ¿Por qué elegiste un enfoque más personal que musical de la obra de Horacio y César Salgán?

- Hay libros y materiales audiovisuales que ya relevan su inmensa obra musical y por eso me interesó enfocarme en las emociones. Para eso me costó ganarme la confianza, especialmente de Horacio, que es un hombre muy reservado, tímido y que incluso construyó su figura pública a partir de ese perfil. A partir de eso fui trabajando la relación padre-hijo, una relación de admiración mutua, de respeto, pero que también se transformó en un peso para César, que tuvo que recorrer un camino para manifestar su talento y atravesar la sombra de su padre.

- ¿Cómo se resuelve la posición del documentalista cuando accede a un registro tan íntimo y debe decidir qué imágenes hacer públicas y cuáles reservar?

- Hubo claro toda una dimensión ética porque tengo más de 200 cintas grabadas a partir del acceso a la intimidad de los protagonistas. Empezamos a grabar en 2007 y lo hicimos durante más de cuatro años. En ese tiempo hubo charlas e información privada que a veces se dieron con la cámara y en otras sin ella. Y hay historias con un costado triste que me pidieron cuidar y así lo hice.
Quería hacer una película íntima, pero sin lastimar. Mostrar debilidades de los protagonistas porque no son personajes pétreos. Y hay una confianza que no había que traicionar porque en el proceso -con el equipo de trabajo- nos ganamos un nivel de acceso que es inusual. Ojalá el resultado de eso sea la emoción del espectador.

Fuente: Telam

Mundial 2015 finalistas Tango de pista


Mundial Tango 2015 finalistas escenario


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